Nadie puede negar que la tecnología de nuestros tiempos ha
desarrollado dispositivos asombrosos que nos han dado y nos dan la oportunidad
de adentrarnos en mundos increíbles e incluso crear dimensiones propias y
personales.
Pero qué sucede cuando las innovaciones de un área,
obstaculizan las nuevas ideas. Puede ser paradójico, pero me cuesta aceptar, y refiriéndome
exclusivamente al mundo del cine, que se refloten clásicos y se adapten o al 3D
o a los actuales procesos de digitalización. Ejemplos tenemos muchos: ‘Titanic’,
‘Scarface’, ‘Jurassic Park’, incluso nuestra mejor película de comedia ‘Esperando
a la Carroza’ tendrá su “fashion emergency”. Razones mediante las cuales los
estudios deciden re estrenar clásicos “tuneados” son varias. Algunos dicen que
es para acercar a las audiencias más jóvenes películas que no se han podido
disfrutar en la pantalla grande, otros argumentan que es una movida exclusivamente
de marketing con un fin económico. Pero los más críticos de estás acciones,
como el señor que escribe este articulo, sostienen que es un oportunismo para
calmar los momentos de escases de ideas, que actualmente sacude a la industria.
Sin ánimos de proponer una mirada retrograda, las películas
que se concibieron con tecnología caduca, deben permanecer así. Estoy a favor
de que se utilice el 3D para películas actuales, tiene que ser así, el cine
debe avanzar de la misma forma que avanzan todos los elementos y sectores de
nuestra sociedad.
Las versiones originales de los clásicos del cine deben
permanecer de la forma en que se han creado, cualquier modificación atenta contra
la enseñanza histórica de las maneras en que nuestros antepasados hacían cine. Imaginen
por un momento la primera película de la saga ‘Hellraiser’ digitalizada o
adaptada al 3D, o el clásico ‘In the Mouth of Madness’ totalmente renovada. ¿Dónde
queda la crudeza y el aroma rústico de obras que nos han impactado por su
cercanía a lo real en materia de efectos especiales? Recuerden el vomito verde
en ‘The Exorcist’. Estoy seguro que si William Friedkin tuviera la oportunidad
de hacer una re make de su película no sería concebida en una silla frente a
una computadora.
Las nuevas digitalizaciones y el 3D permiten dar
vida a las películas, las renuevan, las introducen en un mercado que pide por
nuevas atracciones y productos más novedosos. Pero no caigamos en el error de
querer modificar y presentar con un nuevo maquillaje a nuestros ‘oldies’ del
cine.
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